Revisar la parte de abajo de un coche suele ser una tarea complicada, pues además de la incomodidad de asumir posiciones incómodas, existe la molestia de aferrar con seguridad cada extremo del coche en la plataforma y asegurándose de que esté apoyado firmemente en los soportes del elevador de coches. Esto puede causar punzadas en el cuello o un dolor persistente en los hombros, ya que si el sistema se encuentra mal calibrado es probable que tenga que hacer movimientos bruscos para ver bajo del coche.
Si usted es un mecánico de profesión y está entre sus planes el abrir su propio taller es el momento de invertir en un elevador de coches. Los precios nunca han sido más bajos, la gama de fabricantes y opciones de modelos nunca ha sido mayor y la instalación es muy fácil gracias a la tecnología actual.
Un día de trabajo debajo de un coche, de espaldas, la torsión y esfuerzo, las manos sucias y tratando de alcanzar herramientas que hayan rodado un poco más allá de su alcance es un entrenamiento que deja a mecánico como un saco de arena luego de cada jornada.
Para obtener una solución definitiva solo deberá tener en cuenta algunos aspectos antes de comenzar la búsqueda de un elevador como realizar mediciones. Algunos elevadores de coches no encajan muy bien en talleres que se encuentran a menos de 22 pies de profundidad. Idealmente, el techo debe de tener al menos 11 a 12 pies de altura; no se olvide de los riesgos generales tales como abridores de puertas de garaje, rieles de la puerta y las propias puertas del coche.
Lo más probable es que se desee o se necesite abrir la puerta del garaje con el coche en el elevador en algún momento, por lo que debe de medir con cautela y precisión la altura correspondiente y el área que va a ocupar dicho equipamiento, tanto abierto como cerrado. Para garajes donde la puerta abierta puede chocar con el techo de un coche estando elevado, tenga en cuenta el respaldo del coche en el elevador.
Es importante tomar en cuenta todas estas medidas a la hora de instalar el equipo en su taller, ya que de lo contrario acarrearía mayores costes para la posterior refacción que tendría que hacer en caso de una mala instalación.