Debido a la gran expansión del mercado mundial las estrategias de ventas se fueron modificando hasta alcanzar lo que hoy se conoce como experiential marketing. Se trata de una nueva metodología aplicada a evocar las experiencias vividas por los consumidores.
En un mundo tan globalizado en donde millones de productos salen al mercado a toda hora y en diferentes partes del planeta al mismo tiempo, las estrategias comerciales se vieron en la disyuntiva de actualizar sus métodos de ventas.
El experiential marketing une puentes
Lo que trata esta nueva estrategia de venta es unir a la marca, del producto o servicio determinado que desea vender, a una experiencia de vida. Dicha vivencia llegará sin escalas a miles de personas: aquellas que se vean afectadas se podrán llegar a convertir en su público consumidor.
Pues las marcas de las grandes empresas quieren asegurar las ventas de su producto, pero solamente de un público selecto. La empresa elije quien ha de consumir lo que produce. Selecciona un sector determinado y en pos de sus gustos o costumbres se realizan las diferentes estrategias de marketing que saldrán al mercado.
La publicidad es una herramienta fundamental para establecer los puentes que sean necesarios entre la empresa productora y su público consumidor. Dichos puentes, se han establecido cada vez que un futuro cliente se encuentra con una experiencia en la cual se ve reflejado. Cada vez que vea la marca la relacionará con los sentimientos que le ha generado y de este modo es cómo el experiential marketing ha entrado en escena.
De este modo, el cliente se sentirá en empatía con la marca o producto determinado y podrá convertirse en un consumidor fehaciente. Los puentes que se han generado entre ambos no es más que una huella de profundo sentimiento que lo familiariza con sus nociones del mundo: valores, principios, hábitos, cultura y las particularidades que lo hacen único. Pues cada experiencia ha dejado una huella mnémica que hace que sea la persona que es en la actualidad.
El marketing apela, entonces, a los sentimientos y vivencias de las personas para que vean en sus productos un reflejo o pedazo de sí mismos.