La biotecnología en España ha ido en crecimiento durante los últimos años. Si en el 2013 abundaban las noticias sobre el sector biotecnológico, ya en el 2014 nos encontrábamos noticias sobre el despegue de las empresas biotecnológicas sin llegar a darnos cuenta del gran potencial que suponen.
La inestabilidad del sector conllevó a iniciativas y estrategias para sobrevivir. Un ejemplo son las empresas de Biotecnología en Madrid, que mediante organizaciones como la de BioMadrid, mostraron que la unión hace la fuerza. No obstante, las organizaciones y el trabajo conjunto del sector de la Biotecnología son el lado positivo de la moneda. Con ello me refiero a que la competencia empresarial en el sector de la biotecnología, es incluso más elevada que para otros sectores y donde las pérdidas son más factibles. Evidentemente no me refiero a que es más o menos fácil dedicar un negocio a una u otra rama de enfoque empresarial, sino a que para las empresas de biomedicina o las dedicadas a las ciencias de la vida, en nivel de exigencia, de tecnología, de calidad y de requisitos es más extenso y amplio.